El objetivo de esta actividad consiste en estudiar los riesgos a los que está sometido el modelo energético actual en las regiones a analizar, caracterizadas por su elevada dependencia de los combustibles fósiles, con el fin de estar preparados y poder dar una respuesta a los efectos que el cambio climático pueda tener sobre las infraestructuras energéticas, de modo que se minimice el riesgo de desabastecimiento de energía en estos territorios. Para lograrlo, es importante realizar una proyección de los escenarios climáticos futuros, desarrollar un análisis de los riesgos y vulnerabilidades del modelo energético actual empleado en los territorios. Todo ello nos llevará a proponer las medidas preventivas y correctivas más adecuadas y a definir las bases para el desarrollo de una estrategia de adaptación al cambio climático que minimice los impactos sobre infraestructuras energéticas.