En Canarias existe un volumen de residuos que podría ser aprovechable para utilizarlos en la producción de combustible. El profesor titular de la Universidad de La Laguna Luis Antonio González Mendoza participa en el proyecto europeo de cooperación interregional ACLIEMAC, liderado por el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC). Entre sus muchas actividades, este proyecto investiga la reutilización de residuos para la producción de biogás y biodiesel que puedan contribuir a reducir la dependencia de los combustibles fósiles de las Islas Canarias y de otros archipiélagos de la Macaronesia.
La economía circular ofrece la oportunidad de incorporar los residuos en el mix energético. “Entre los residuos que podrían reciclarse para producir combustible, en el caso de Canarias destacan de mayor a menor volumen de importancia: los residuos sólidos urbanos, los sobrantes como consecuencia de podas y de limpieza de montes, los desechos procedentes de vendimias y de zafras, los aceites utilizados para frituras, los restos resultantes de la ganadería y por último el lodo de depuradoras”, enumera González Mendoza.
El volumen de biocombustibles generados dependerá de cuatro factores fundamentales. “La cantidad de población, el volumen de residuos producidos, la correcta separación de los residuos (que aumenta su potencialidad como formador de combustible y disminuye los problemas que plantean ciertos residuos) y el estado de la tecnología para su obtención. Todo ello tendrá impacto en la energía finalmente producida”, comenta González Mendoza.
La reducción de la dependencia de combustibles fósiles
La fragmentación de los territorios archipelágicos y la dependencia energética externa debido a la importación de combustible fósiles, justifican la necesidad de este tipo de tecnología alternativa. “Es inviable el montaje de grandes instalaciones para la producción de energía procedente de estas fuentes tradicionales y contaminantes. No resultaría rentable desde el punto de vista económico”, indica González Mendoza.
“El objetivo de nuestro trabajo es aumentar el número de fuentes para la valorización energética de la fracción orgánica de residuos —describe el investigador—. Por un lado, buscamos tipos de combustibles que nos permitan valorizar la generación de residuos. Mientras que por otro queremos hacer un aprovechamiento más o menos rentable de los productos que se obtienen”.
Así, ante posibles situaciones de desabastecimiento, estas fuentes de energía locales procedentes de residuos tienen un gran potencial. “La cuestión es diseñar procesos para que haya una tecnología que transforme de forma más eficiente los residuos en algún tipo de combustible y que el rendimiento expresado sea el mayor posible”, resume el experto en economía circular.
A pesar de que la combustión de los productos valorizados supone unas emisiones similares a las que se producen al quemar combustibles fósiles, González Mendoza aclara: “Sigue siendo contaminante, pero tiene una pequeña diferencia respecto a la quema de combustibles fósiles. Estamos aprovechando los residuos para valorizarlos, para darles un sentido. Es hacer economía circular con los objetivos de conseguir un rendimiento económico y buscar qué hacer con el residuo para no dejarlo sin aprovechar”.
De esta forma, el investigador insiste en la idea de que “el combustible producido a partir de residuos siempre es un elemento que tiene un valor añadido”. Y como segundo objetivo apunta a los combustibles fósiles. “No debemos utilizar combustibles que son altamente contaminantes y que cada vez disponemos de ellos en menor cantidad”.
Descentralizar los procesos de producción de energía
Los niveles de penetración del biogás y biocombustibles líquidos en Canarias aún son escasos. “Sobre todo se ha trabajado en su implantación en el sector hotelero y en el consumo doméstico en unidades familiares —explica el experto—. Tanto por tecnología, como por producción y tamaño, los sistemas de valorización de la fracción orgánica de los residuos están pensados para pequeñas comunidades, unidades de tamaño limitado como pueden ser hoteles y otros usos en poblaciones reducidas”.
De esta forma, la valorización energética de la fracción orgánica de residuos podría ser de utilidad para pequeñas comunidades que buscan descentralizar los procesos de producción de energía. También son adecuadas para grupos de población aislados que tengan que satisfacer ciertas necesidades energéticas que de otra manera no serían capaces de cubrir. “Para que estos procesos de valorización de residuos se extiendan en Canarias y en los distintos territorios de la Macaronesia es necesario un apoyo firme y decidido por parte de los gobiernos e instituciones. Solo así lograremos el objetivo de reducir al máximo posible la utilización de combustibles fósiles en Canarias”, sentencia González Mendoza.
Enlaces de interés:
● Página web del proyecto ACLIEMAC.
● Actividad del proyecto ACLIEMAC sobre valorización de Valorización energética de la fracción orgánica de los residuos.